En cuanto a estos dos servicios, priorizaremos siempre el bienestar y la salud de la persona, revisando en el caso pediátrico todo el proceso del embarazo de la mamá, la subida de peso que debe llevar a cabo, sus necesidades energéticas y vitamínicas.

Se dará información a tener en cuenta para saber qué podemos introducir durante el embarazo, y qué debemos evitar. Adaptaremos de manera progresiva la pauta, así también en el proceso de post parto, en un trabajo conjunto de madre-hij@.

La educación alimentaria aumenta su relevancia en estas circunstancias, donde tanto los valores como las costumbres de la parte familiar, se trasmiten durante todo el proceso infantil a los niños y niñas, y si conseguimos una buena relación con la comida durante la infancia, le haremos un gran favor a nuestros hijos a largo plazo.

Por otro lado, en otra fase de nuestra vida tendríamos la geriátrica, que no deja de ser muy similar a la pediátrica, ya que, con el paso de los años, los seres humanos vamos teniendo más dificultades y complicaciones que nos llevan a una situación alimentaria similar a la infantil. 

Tendremos en cuenta la historia clínica y sus circunstancias personales, a través de eso ajustaremos la pauta (textura, tipo de alimentos, patologías…).